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El actor y guionista Roberto Gómez Bolaños, creador de personajes como “Chespirito” y el ya legendario “Chavo del ocho”, que ha cautivado al público latinoamericano, festeja 78 años recuperando fuerzas al lado de su familia, luego de la neumonía que lo mantuvo hospitalizado a principios de este año.
Chespirito”, como se le conoce, tuvo una recaída en su salud por una neumonía, pero ésta no tuvo mayores complicaciones.
Desde entonces se ha mantenido en reposo al lado de Florinda, de quien el propio escritor asegura que lo cuida y lo trata bien, contrario a los rumores que existen sobre un supuesto maltrato.
Roberto Gómez Bolaños nació el 21 de febrero de 1929 en la Ciudad de México. Hijo de la secretaria Elsa Bolaños-Cacho Aguilar y el pintor Francisco Gómez Linares, es el segundo de tres hermanos (Francisco y Horacio).
Datos biográficos disponibles indican que es uno de los mejores guionistas que ha tenido México y América Latina en la historia de la televisión.
Antes de convertirse en actor fue boxeador amateur; también se tituló como arquitecto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero esta profesión nunca la ejerció.
Inició su carrera como creativo publicitario, lo que le facilitó incursionar en la radio y la pantalla chica, donde en la década de los años 50 fue un guionista activo.
Hizo varias historias de películas para la pareja cómica “Viruta y Capulina”. Precisamente con ellos se inició como actor en “Dos criados malcriados” (1960), pero ello no lo hizo olvidarse del guionismo para filmes y programas de televisión.
Su nombre profesional, “Chespirito” se atribuye al director cinematográfico Agustín Delgado, derivado del diminutivo de Shakespeare, esto debido a la baja estatura de Gómez Bolaños.
Entre 1960 y 1965 escribió los dos programas de mayor audiencia en la televisión mexicana “Cómicos y canciones” y “Estudio de Pedro Vargas”, para la cadena Tele Sistema Mexicano.
En 1968 inició transmisiones la Televisión Independiente de México y “Chespirito” fue llamado para colaborar como guionista.
Lo que le llamó la atención, entre otras cosas, era que podía “usar a su antojo la media hora semanal a su cargo”.
Así nacieron “Los supergenios de la mesa cuadrada”, programa conformado por distintos “sketches” y personajes.
De esta forma comenzó formalmente su carrera como actor.
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