martes, 30 de abril de 2013

Paloma Fernández habla sobre su mamá, Angelines Fernández 1999


Despues de salto:

Al trabajar en las guerrillas de España, mi mamá fue catalogada como antifranquista, entonces ella necesitaba salir de su paí­s natal, considerando que su vida era difí­cil. Llego a México en 1947, pero nunca fue refugiada. Después vivió en la Habana, en lo que arreglaba sus papeles y regreso para trabajar en las pelí­culas de Cantinflas y Arturo de Córdova”.
Su mamá imponí­a mucho…
“Era de carácter fuerte. Para ella no habí­a medias tintas, era blanco o negro; no podí­a ser gris. Era una mujer que tenia altos valores y a veces la gente no se los tomaba muy bien; entonces decí­an que tenia un genio de la fregada”.
¿Cómo era su relación con la señora Fernández?
“Éramos muy unidas, aunque como en toda familia siempre habí­a el estira y afloja. Cuando yo era joven, me decí­a: “Cuando seas madre me vas a entender”. Y es cierto.
Cuando eres madre te das cuenta que las cosas no son tan fáciles como parecen.
¿Su madre nunca se canso de hacer la “Bruja del 71″?
¡Jamás!. Ella siempre le tuvo muchí­simo respeto a don Roberto Gómez Bolaños, a quien nunca defraudo e incluso se poní­a tensa para no quedarle mal a el. Y así­ era feliz. Al principio le costaba hacer reí­r a los demás, porque era actriz dramática que nada tenia que ver con la comedia.
¿Como surge el personajes de doña Cleotilde?
“Recuerdo que en una ocasión, mi madre se encontró a Ramón Valdés en la ANDA. Ella le dijo que le preguntara a Chespirito si no tenia algo para ella, y Ramón le empezó a hablar muy bien de ella. Luego se crearon los personajes de la vecindad y Chespirito le fue dando forma a “La Bruja del 71″ y es que al personaje de don Ramón le faltaba la contraparte; pues doña Florinda se lo cacheteaba, y le caí­a mal. Pero doña Cleotilde lo amaba y le hacia sus pasteles”.
Fue un personaje clave en su carrera…
“Si, aunque los niños en la vida real siempre la imaginaron como una bruja de verdad, y cuando salí­amos al supermercado o a pasear al perrito, los chiquitines gritaban: “¡Ahí­ viene la Bruja”; y mi madre se empezaba a mortificar. Me comentaba que se sentí­a triste porque nadie se le querí­a acercar; ¡Le tení­an miedo!. Me daba risa cuando en la vida real se enojaba con los niños igual que con “el Chavo” y “la Chilindrina”. Después se acostumbro y no le molestaba que le dijera “Bruja”.
Las hijas de Ramón Valdés aseguran que su padre condimento su personaje, ¿también lo hizo su madre?
“Te mentirí­a que todo lo fue creando a mi mamá”. Lo que si puso de personalidad eran esas volteadas rápidas y las coqueterí­as con “Don Ramón”.
Ha de ser muy gratificante para usted que la gente de México y otros paí­ses la sigan recordando con tanto cariño…
“Una vez nos paso algo muy curioso. Mi madre esta enterrada en Mausoleos del íngel, y llegando al lugar nos encontramos que le estaban poniendo flores. Me dijo que la querí­a mucho. De repente hay personas que van y le ponen arreglos, y siento muy bonito”.
¿Mantiene alguna amistad con los ex compañeros de trabajo de su madre?
“No, es que todos trabajamos. Pero en algunas ocasiones fui a saludar a don Roberto Gómez Bolaños cuando iba a ver la obra “11 y 12″. Lo cierto es que la mejor amiga de mi madre fue Maria Antonieta de las Nieves. Se quisieron mucho; se iban a comer y platicaban. Era una amistad muy hermosa y yo la sigo apreciando. También era amiga de Ramón Valdés.
Tenemos entendido que la señora Fernández fumaba mucho…
“Si, ella fumaba como chacuaco y sufrí­a de hipertensión arterial. No se cuidaba y anteponí­a el trabajo a la salud. Cuando murió, la gente nos apoyo, y me refiero a Edgar Vivar, Horacio Gómez, Maria Antonieta de las Nieves, Alicia Montoya y Alicia Guzmán”.
¿Que hacia su madre en ratos libres?
“Desde que se levantaba se la pasaba viendo televisión. Se dormí­a con la tele prendida, y le encantaba convivir con sus nietas. Fue una mujer feliz, se realizo como madre y artista, le dieron sus medallas en la ANDA por su trayectoria, aunque en ocasiones se sentí­a triste porque toda su familia estaba en España”.
¿Sigue viendo el programa de Chespirito?
“A veces me entra la nostalgia, pero mi esposo y mis hijas no se lo pierden”

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