viernes, 26 de abril de 2013

4x9x10 La vecindad en venta I y 2




Trama:Mientras el Chavo y sus amigos juegan a saltar la cuerda, un viejo compañero del Señor Barriga de la escuela que se volvió a encontrar con él, se llama "El Señor Rufino Malacara". Al saber que el Señor Barriga tiene mucho dinero, trata de hacer que éste le venda su vecindad, pero más tarde se enoja porque ninguno de los inquilinos le quiere pagar la renta. Un día el Chavo le cuenta a Rufino que hay un tesoro en el otro patio, sin saber que se refiere a Quico, entonces Malacara pone a los niños a excavar todos los patios de la vecindad para poder encontrar el tesoro (fingiendo que quiere tener un rancho, sembrar árboles y cuidar animales). Al final cuando llega el Señor Barriga, mira la vecindad toda sucia y arruinada que la decide vender a Rufino Malacara, pero todos los que viven se asustaron, mientras que todo termina con un "Continuará".
El Señor Barriga se va de la vecindad y se la deja a Rufino Malacara, pero éste les aumenta la renta al triple a los inquilinos y el que no le page inmediatamente lo pondrá de patitas en la calle. Luego le vende la vecindad a otro señor que la demolerá para construir un lujoso rascacielos de 80 pisos y todos se quedan asombrados. Mientras pasan los días los niños siguen excavando por órdenes de Malacara para encontrar el tesoro, pero se cansan y piden algo de comer, hasta que un día, el Chavo encuentra algo y Rufino excava, pero lo que encuentra es una cañería, y cuando Doña Florinda se mete con la abuela del Señor Malacara, éste desgraciadamente les revela que estuvo en la cárcel. Al final aparece el Señor Barriga junto a la policía porque sabía que Rufino nunca era de confiar, así que le dejó seguir su juego y que fue al banco para asegurarse de la autenticidad del cheque con el que Malacara le pagó la vecindad y resultó ser uno de plástico. Finalmente mientras recupera la vecindad, la policía pone a Rufino a tapar todos los agujeros que hicieron los niños y el Señor Barriga le agradece por mostrarle que él jamás volverá a vender la vecindad.

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